En el lugar donde vivo hay una especie de parque natural donde tienen algunas anacondas en cautiverio. Tuve la ocasión de tomar fotos muy de cerca, por lo que puedo decir que las anacondas no son tan feroces mientras no tienen hambre.
De todas maneras hay que tener precaución, ya que estos animales con el instinto salvaje, pueden estrangular y comer hasta al hombre más gordo del mundo.
Supongo que a este niño tailandés le llegó “un pepino” esto de la precaución (a sus padres). Yo tendría que estar loco para hacer eso.
visto en digguie.
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