“El 25 de noviembre de 2008 me dijeron que querían casarse y me pidieron que me ocupara de las nupcias. Él murió dos días después en un accidente de tráfico”, recuerda Christoph Caput, primer edil de la localidad de Dommary-Baroncourt (este) en la que el pasado sábado Magali Jaskiewicz contrajo matrimonio con el difunto Jonathan George.
Ella vestida de novia y él con camiseta blanca -según aparecía en la fotografía que acompañó a su amada durante la tétrica ceremonia- celebraron un casamiento que no dejó espacio para la fiesta nupcial.
“No estoy de humor para hacer una fiesta. Vamos a tomar un café y a dar las gracias a los que me han apoyado”, explicaba la prometida a la prensa.
Magali, de 26 años, podrá ahora adoptar el apellido George de su marido -como es tradición en Francia- pero no tendrá derecho a recibir una pensión pues el matrimonio “no tiene ninguna consideración financiera”, aseguró el alcalde.
De hecho la novia se convirtió directamente en “viuda” sin pasar por la etapa en la que la mujer debería de haber disfrutado del estatus civil de “esposa”.
El enlace servirá además para que Magali, que lleva tatuado en el brazo el rostro del que fue su compañero durante seis años y con quien tiene dos hijos, pueda conceder el apellido de éste a los niños, de tres años y 18 meses.
visto en planetacurioso.com
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